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jueves, 16 de marzo de 2017

Códice Florentino

Según indicaciones del propio Sahagún en el prólogo del libro IX, el texto manuscrito del llamado Códice Florentino estaba formado por doce libros repartidos en cuatro volúmenes; es llamado así por conservarse en Florencia, en la Biblioteca Medicea-Laurenciana.. La obra, actualmente, la componen sólo tres volúmenes, es un texto del manuscrito bilingüe y está compuesto, principalmente, en dos columnas, la de la izquierda escrita en español y la de la derecha en náhuatl.

Los contenidos de estas columnas no coinciden entre sí, siendo la parte náhuatl mucho más extensa que la española. La obra de Sahagún posee valores históricos, arqueológicos, lingüísticos, zoológicos, pero la primordial importancia radica en los datos etnológicos.


 Los datos que recogía Sahagún eran obtenidos directamente de los indígenas. Estos le hablaban de sus costumbres, tradiciones, conocimientos y de lo que sabían acerca de sus antepasados, y todo quedaba registrado en su propia lengua. Sahagún se adelantaba cuatro siglos a los procedimientos puestos en práctica por los actuales etnólogos, garantizando una información absolutamente auténtica, ya que el fraile no retocaba los datos obtenidos. La labor de Sahagún fue extremadamente meticulosa, y a ella dedicó gran parte de su vida. Sahagún seguía una serie de procesos previos a la elaboración de sus escritos, como era la recopilación de información y la confrontación de las fuentes.
En su tarea no estuvo solo, como veremos; tampoco limitó su actuación a una sola ciudad: tres fueron, de hecho, los principales lugares donde se recopila la información : Tlatelolco, Tepepulco y México. Las tareas de recopilación se inician en el Colegio de Santa Cruz de Tlatelolco en 1547, donde Sahagún había sido maestro. Allí se rodea de antiguos alumnos conocedores no sólo del español y el náhuatl, también del latín.
Pero el elenco de colaboradores lo constituirán además informantes, médicos, pintores y , en general, aquellos que pudieran aportar sus conocimientos a la obra. La investigación la continúa en Tepepulco entre 1558 y 1561, donde elabora un cuestionario con el que interroga a un grupo escogido de diez o doce principales ancianos, entre ellos don Diego de Mendoza, todos experimentados en cosas curiales, bélicas , políticas, e incluso idolátricas. La base de la información recopilada por Sahagún la constituyó, fundamentalmente, el testimonio directo de los ancianos, testimonio oral de los conocedores de la cultura indígena, de su historia y de los códices y pinturas antiguos. 

El códice está inspirado en obras enciclopédicas anteriores, de las cuales habría tenido conocimiento el autor cuando estudió en Salamanca: La Historia de los Animales y Las partes de los animales de Aristóteles o la Historia Natural de Plinio. La estructura del códice, el desarrollo de los escritos y capítulos sigue un orden jerárquico. Este orden comienza con la descripción de los asuntos divinos, continua con los humanos y termina con los animales, vegetales y minerales. A continuación esta el contenido de los doce libros que conforman la obra. Los Libros I, II y III tratan de lo divino: 

Libro I , que trata de los dioses que adoraban los naturales de Nueva España. En el mismo se describen los atributos, funciones, atavíos e insignias que identificaban desde los dioses principales: Huitzilopochtli, Tezcatlipoca, TIáloc y Quetzalcóatl, hasta las deidades locales, pasando por los eslabones intermedios. 

Libro II. Trata del calendario, fiestas y ceremonias, sacrificio y solemnidades. En él se describe el calendario, que estaba estrechamente ligado a las deidades, y relacionado, por tanto, con las fiestas que se hacían en honor de estas. Se diferencian fiestas fijas, que son las que dan nombre a cada mes, de las fiestas móviles, determinadas por los sacerdotes. Es tal el número de fiestas que difícilmente podían tener carácter general. Aunque Sahagún no llega a profundizar en el contenido de tales celebraciones, tal vez limitado por sus propios informantes, la descripción de los ritos, vestimentas e, incluso, sacrificios hacen de este libro un testimonio etnográfico de primera magnitud.


Libro III. Del principio que tuvieron los dioses Este libro trata de completar al primero. En él Sahagún refiere los orígenes míticos de los dioses principales, dedicando especial espacio a Quetzalcóatl. Los libros IV ,V ,VI y Vil tratan sobre asuntos del cielo:

Libro IV. De la astrología judicataria o arte de adivinar para saber que días eran afortunados y cuales no. El tema central de este libro es el tonalpohualli o cuenta de los destinos, con el cual los nahuas adivinaban el destino. El sistema de adivinación estaba basado en la interpretación del tonalamatl, en el que se recogía la existencia de veinte signos, divididos a su vez en trece casas que daban como origen un calendario adivinatorio de 260 días, que no tenía nada que ver con el astronómico de 360 días más cinco vacíos. Sahagún en uno de los apéndices a este libro anota las diferencias de los dos calendarios entre   si y el secular o rueda de los años que alcanzaba un total de 52 años.


Libro V. Pronósticos para adivinar el futuro. En él Sahagún se adentra en el conocimiento de las creencias populares, las supersticiones o el empleo de seres vivos con fines adivinatorios o como amuletos en sí mismos.

Libro VI. De la retórica y filosofía moral y teología de la gente mexicana y cosas curiosas tocantes al uso de la lengua y virtudes morales. Este libro se elaboró a partir de los llamados huehuetlatolli o pláticas antiguas que no eran otra cosa que fórmulas discursivas aprendidas de memoria por los sacerdotes para ser dichas en ocasiones señaladas. En ellas se reunían conceptos religiosos, morales, sociales o filosóficos, que curiosamente propugnaban una doctrina moral muy parecida a la cristiana, por lo que tuvieron pronta aceptación entre los misioneros. La temática de las pláticas era de contenido variado desde las que los padres tienen con sus hijos y descendientes hasta las de los centros educativos.


Libro VII. Astrología y filosofía natural. Sahagún trata de profundizar aquí en el conocimiento de la astronomía nahua, pero se encontró con que dicho conocimiento era mínimo. A pesar de ello incluye en los doce capítulos que integran el libro datos interesantes sobre mitos y leyendas en torno al sol, o sobre el siglo nahua, formado -como se ha dicho- por ciclos de 52 años. En los libros VIII, IX y X trata de los hombres manteniendo, igualmente, un sistema jerárquico:



En el Libro VIII que trata de los reyes y señores y formas de gobernar expone la historia de diferentes ciudades, Tenochtitlán, Tlatelolco, etc. También describe modos de gobierno y componentes de la vida palaciega, formas de vida, indumentaria, gastronomía.

En el Libro IX. De los mercaderes, expone el sistema mercantil nahua, centrándose en sus protagonistas los pochteca o mercaderes, principalmente de productos de lujo; ámbar, jade, plumas de quetzal, etc. También se detiene Sahagún en las celebraciones y ofrendas de estos y, finalmente, trata de los artesanos, especialmente los dedicados a productos de lujo.


En el Libro X. De los vicios y virtudes de la gente de allí. Y de las enfermedades y partes del cuerpo. Este libro incluye: un estudio sobre la tipología humana, con más de 181 descripciones; una enumeración de los oficios comunes; una exposición de los problemas del sistema educativo; un análisis de la medicina mexicana y una descripción de los pueblos indígenas que conformaron el México antiguo, que consiste en todo un tratado etnológico, donde abarca el estudio de: los toltecas, chichimecas, nahuas, otomías, matlazincas, tolucas, mazahuaques, totonaques, cuextecas, toueyones, olmecas, mixtecas, y varios más hasta llegar a los mexicanos.

El Libro XI agrupa el estudio de la naturaleza. Se intitula De las propiedades de los animales, aves, peces, árboles, hierbas, flores, metales y piedras, y de los colores. Se compone de un amplio compendio de las cosas de la naturaleza con su descripción, características, utilidades o lugares donde encontrarlas. Más adelante estudiaremos las ilustraciones que contiene.


Finalmente en el Libro XII, que trata sobre la conquista de la ciudad de México, rompe el orden jerárquico y también temático que tiene la obra en su conjunto, pero constituye un contrapunto perfecto para conocer la historia desde la visión de los vencidos. La conquista de México es asumida desde la perspectiva indígena como un hecho presagiado, casi sobrenatural, donde los españoles fueron en un principio considerados dioses hasta que ya fue demasiado tarde para la supervivencia del imperio enmendar aquél error.






http://www.famsi.org/spanish/research/pohl/pohl_meeting.html
http://codiceflorentino.tripod.com/
http://dspace.uah.es/dspace/bitstream/handle/10017/5990/C%C3%B3dices%20Etnogr%C3%A1ficos.%20El%20C%C3%B3dice%20Florentino.pdf?sequence=1

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